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lunes, 3 de julio de 2017

¿Por qué haces lo que haces?. Por Jocelyne Ramniceanu





Cuando no estamos conformes con nuestra vida, nos podemos preguntar ¿Por qué hacemos lo que hacemos? y ¿Qué es lo que nos motiva? .
Para responder a estas preguntas, primero es necesario que comprendas que no viniste al mundo para ser infeliz. No estás siendo tú mismo cuando no te sientes bien, cuando sufres. Si sufres es porque mantienes creencias que no están en armonía con quién realmente eres y el sufrimiento es el sistema de alarma innato que tiene tu ser para indicarte que es necesario hacer un cambio, una transformación.
Muchas veces hacemos cosas que no quisiéramos hacer y luego
nos arrepentimos o no comprendemos la razón de nuestras acciones. Por ejemplo: mantenernos en un trabajo que nos hace infeliz o en una relación que no funciona.
A veces no emprendemos acciones por temor al fracaso, por temor al rechazo, por temor a la soledad, por temor a esto y a aquello. En fin, una gran cantidad de vagos temores que ni siquiera somos conscientes y no nos tomamos el tiempo ni la dedicación de observarlos a ver si son racionales o no.
Tomamos decisiones automáticas como si fuésemos robots mecánicos y ni siquiera estamos lo suficientemente despiertos como para saber qué es lo que nos motiva. Ya nuestras decisiones son tan inconscientes que forman parte de nuestra programación mental.
Hay momentos que pareciera que nos faltara la motivación para hacer lo que deseamos, lo que nos apasiona, o lo que nos daría mayores alegrías y en vez de eso, seguimos irreflexivamente haciendo lo que nos disgusta y lo que nos trae sufrimiento.
Esto no se debe a una falta de motivación, no, todo lo que hacemos lo hacemos porque estamos motivados; incluso cuando hacemos lo que en el fondo, no quisiéramos hacer. Nunca estamos desmotivados. Lo que tenemos que hacer es descubrir que es lo que nos motiva a hacer lo que no queremos. La falta de motivación no existe, es imposible. Todas nuestras acciones siguen a un motivo, todo lo hacemos por alguna razón, consciente o inconsciente.
Nuestras motivaciones están unidas y enlazadas a nuestro sistema de creencias, a las definiciones y a las etiquetas que le ponemos a todo.
No hay manera de no estar motivados a algo. Incluso cuando estamos deprimidos y aparentamos no tener motivación alguna, cuando no tenemos ganas de nada, cuando preferimos permanecer encerrados en nosotros mismos, esa actitud también es impulsada por una motivación, la motivación es permanecer así.
La manera cómo nos movemos en el mundo, la manera como nos comportamos está inexorablemente, y totalmente conectada a lo que es nuestra verdad en un momento dado y por eso tomamos las decisiones que tomamos. Nunca nos encontramos des-motivados, ni por un segundo.
Tu no necesitas que nadie te motive, porque ya lo estás, lo que necesitas es entender en dónde estás colocando tu motivación, qué es lo que te motiva a hacer lo que haces y descubrirlo. Esa es la clave. Esa es la manera de transformar tu programación inconsciente.
Todo lo que hacemos, absolutamente todo, se reduce a estas dos poderosas razones, estas son nuestras motivaciones básicas:
NOS MOVERNOS EN LA DIRECCIÓN QUE CREEMOS QUE ES LA MÁS BENEFICIOSA PARA NOSOTROS O NOS ALEJARNOS DE LO QUE CREEMOS QUE ES LO MÁS DOLOROSO.
Eso es lo único que nos mueve. Y lo hacemos todo el tiempo automáticamente sin ni siquiera pensar, sin darnos cuenta. Todo el tiempo vamos en la dirección de lo que creemos que es lo mejor para nosotros, o en la dirección contraria, huyendo de lo que creemos que es lo peor y nos hace daño-. Buscamos el placer y el bienestar y huimos del dolor y el sufrimiento. No existe nada más que nos motive.
Lo que nos hace decidir si algo es beneficioso o es negativo para nosotros son nuestras creencias; y las creencias se comportan de una manera muy peculiar. Ellas nos hacen creer que no hay otra mejor opción. Que eso que creemos es lo único posible, no existen mejores posibilidades. Las creencias se comportan de esta manera de modo que tú serías incapaz de dudar de ellas, cuidando así su permanencia y su supervivencia. Por eso rara vez las miramos para validar su información.
Ahora, volviendo a nuestra pregunta inicial ¿por qué hacemos lo que hacemos? Podríamos también preguntarnos ¿por qué seguimos atados a situaciones que nos producen penas o en las cuales nos sentimos infelices?. ¿Porque no hacemos aquello que más nos gusta? ¿Porque no vamos tras lo que es más beneficioso, en vez de quedarnos aprisionados en situaciones que nos traen sufrimiento? ¿Por qué seguimos atados? Hay una sola razón: La razón es que cuando tú te mantienes ligado a algo que no te sirve, algo que es negativo para ti, es porque debes tener otra creencia primaria, más fuerte e inconsciente que te dice y te hace creer que esa es la mejor opción. Tu trabajo es descubrirla.
Si nos mantenemos en una situación de dolor y no la cambiamos, es porque tenemos una creencia de que cualquier otra elección, cualquier otra alternativa sería peor y más dolorosa. En otras palabras, este es el mal menor.
Muchas veces son creencias absurdas pero como no estamos conscientes de ellas, simplemente seguimos allí estancados y le tememos al cambio, evitando mirar dentro de nosotros. Es así como las creencias ejercen su poder de auto perpetuarse. No quieren que descubras su inutilidad porque si lo haces, ellas morirían.
Si estamos en una relación de pareja que nos trae sufrimiento y no tomamos la decisión de abandonarla, es porque hay una creencia más poderosa, probablemente inconsciente, que nos hace creer que si estuviésemos solos sería mucho peor. En cambio si la creencia que tenemos acerca de abandonar la relación es menos penosa que mantenernos en ella, entonces la motivación sería abandonar dicha relación.
No hay excepción, tu siempre escogerás lo que creas que es más placentero y huirás de aquello que creas que es más doloroso. Eso no quiere decir que no vayas a escoger situaciones difíciles y dolorosas pero si lo haces se debe a que siempre crees que esa es la mejor opción entre las alternativas disponibles. Se debe a que tienes una fuerte convicción que lo que escoges es lo mejor para ti.
Si estamos deprimidos también es el producto de una motivación. Lo que nos motiva a permanecer así, es que creemos que no hay mejor elección dadas las circunstancias que estamos atravesando en un momento dado.
Siempre que estés en una situación negativa y le temas al cambio, indaga cuales son las creencias que sustentan tal situación, qué es lo que te motiva.. Es posible que al traer a la luz las razones que te motivan a estar de cierta manera, aparezcan las creencias dominantes que te mantiene atado a una situación de dolor. Esa es la manera de hacer que esas creencias se evaporen o se disuelvan. Las creencias tienen la particularidad de permanecer inconscientes porque si las descubres, pierden su fuerza y las abandonas.
Lamentablemente no hacemos cambios por muy mal que nos sintamos, porque no indagamos en profundidad dentro de nosotros. Si lo hiciéramos nos daríamos cuenta que la premisa que manteníamos y a la cual nos aferrábamos, no tenía fundamento, era falsa o ya había perdido validez. Cuando miramos y cuestionamos, las creencias pierden su rigidez y es entonces cuando surge la transformación. Esa es nuestra meta, y es el propósito de este escrito, mirar dentro de nosotros.
Continuando con la historia del ejemplo anterior, la persona que se mantenía en una relación dónde la pareja la maltrataba, no se atrevía a abandonarla por temor a la soledad. Indagando, primero descubrió que tenía una creencia relacionada al fracaso: si se quedaba sin pareja era una fracasada, porque eso fue lo que escuchaba de pequeña. Esto una vez que se hizo consciente, de por sí, le pareció absurdo. Luego continuando con su inspección, se dio cuenta que se sentía con muy poca valía y su temor era que si abandonaba la relación, nunca nadie la iba a querer.
Al examinar todas sus creencias en profundidad, la persona en cuestión, descubrió que era ella misma quién no se valoraba debido a viejas experiencias de la niñez. Al tener la situación más clara y al comenzar a auto valorarse, sintió una tranquilidad que nunca antes tuvo para dar los pasos necesarios en pos de su propio crecimiento y evolución.
Como en el ejemplo anterior, lo importante es descubrir cuál es tu motivación, y cuáles son tus creencias restrictivas que ya no te sirven, y te mantienen atado a una situación de dolor. Al hacerlas conscientes trayéndolas a la luz, verás cómo tan solo esto te permite liberarte de aquello que te coartaba y te impedía ser tú mismo.
Pregúntate siempre ¿por qué realmente crees que otra posibilidad sería peor? ¿ por qué haces lo que haces que te mantiene desalineado de quien tu eres?; hazlo hasta que la respuesta se haga consciente.-
Si te resulta difícil indagar de esta manera; hazte la siguiente pregunta ¿Qué es lo peor que me podría ocurrir si lo que hago, lo hago de otra manera?. Deja que vengan todas las respuestas… Tu meta debe ser que la creencia inconsciente se vuelve consciente, entonces es muy fácil que esa antigua creencia se desvanezca.
Hazlo, prueba y permítete decirle “Adiós” a tus antiguas creencias que te impedían ser quién realmente viniste a ser en este mundo.

Te amo
Jocelyne Ramniceanu

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